El concepto de sociedad contemporánea es inadmisible si no está aunado a ella el asunto de la cola. Aquélla faena plural en la que depositamos nuestro tiempo y esfuerzo con el objetivo inequívoco de sacarle algún provecho al entorno donde habitamos, y demás está dejar en claro que me refiero al de tipo humano. No te rías, es en serio, el punto es que la realidad de la cola en nuestro universo civil es de infinita preocupación. ¿Qué fuese del mundo sin ella?, quizás uno mejor, o un planeta en el que la gente sabe exactamente en qué momento ir a hacer lo que quiere o debe, sin el martirio de que otras piensen hacerlo al mismo tiempo. Eso es una cola, un montón de gente que desea desocuparse lo antes posible de estar haciendo lo que hace, y que odia hacerlo. ¿Conoces a alguien que le guste?, yo no. Tal vez le gusten a las personas que busca formarlas. Las culpables sin dudas, y mis primeras acusadas son aquéllas viejas que le dicen a los pequeños en una fiesta "hagan una cola – a plena voz, señal indudable de su voluntad de establecer un estado de crisis y de tiempo perdido para los pequeños comensales – acá las hembras y allá los varones". El asunto de la cola, de acuerdo a factores diversos las he querido clasificar, valiéndome de lo anteriormente planteado para no aguarles el interés de la lectura (de tenerlo, claro)
Clasificación de relativas de las colas, en un día cotidiano.
Despertaste y encontraste al momento de ir a practicar tu rutina de aseo personal matutino el baño ocupado, pero al ser desocupado, otra persona, miembro de tu familia te dice "haz tu cola, nosotros llegamos más temprano", volteas y notas al abuelito, la abuela, la tía que vino de vacaciones y que se extendieron dos años, tres primos prepubertos, tus padres, novio tu hermana y su novio, cada uno con su toalla, cepillos de dientes, vasito odontológico y demás enceres higiénicos. "bueno, ¿quién sigue?" declamas a tus familiares. Y sale una voz femenina y natural que dice "yo", y es cuando notas que tu hermana entra a baño con toalla, pantaleta de repuesto, seis potes de champúes, acondicionadores y otros frascos plásticos multicolores con ochenta vitaminas y esencia de aguacate y coco. Esa es una cola del tipo familiar o mejor dicho: del tipo Discontinuo con propósito higiénico.
Cuando te diriges a tomar el autobús de cada mañana, presencias en los límites de una acera unas treinta personas una al lado de la otra (otras que se la dan de vivas están sentadas al frente), es cuando notas otro tipo de cola, al que denomino De pie, Continua con Propósito de Transporte. Este tipo de cola tiene la característica que puede hacerse mientras un conocido la haga por ti, por ejemplo lo que tu mamá te hacía cuando salías con ella al mercado, "quédate acá haciendo la cola, que estoy cansada". Esa es la cola de tipo Sentada, Discontinua con propósito de transporte.
A medio camino, un accidente aparatoso retrasa considerablemente el flujo vehicular y se forma lo que conocemos como tranca. Una tranca es una cola del tipo Sentada (O Mixta en los peores casos) Con Propósito De Transporte De Causa Accidental.
Llamo Continuas a aquél tipo de cola que precisa de un orden lógico y físico expresada en una persona (o varias, según sea el caso) detrás de otras. Las Discontinuas son aquéllas cuyo orden lógico no supone un orden físico. Por ejemplo, cuando llegas al banco, encuentras dos tipos inmediatos de cola, una que ya conocimos en la parada de autobús, y que reconoces al hacer la pequeña cola hasta la máquina dispensadora de tickets, tomas el 065. Estas son del tipo De pie Discontinua Con Propósito Comercial De Cancelación o Cobro Alfanumérica.
Una vez, terminada la cola del banco, pasa a cancelar la luz, donde ejerces la cola del tipo De Pie Continua Con Propósito Comercial De Cancelación. De allí, al comedor de tu universidad, donde presencias un tipo de cola muy curioso. Las llamo las colas multifaséticas, por lo difícil que resulta diferenciarla o clasificarla. Cuando haces acto de presencia, observas a primera vista, una del tipo Mixta Continua Con Propósito alimentario, pero al pasar unos minutos, observas que la Continuidad se reconcepta, cuando además de personas, bolsos, carpetas y libretas pasan a compartir la continuidad, y sus dueños se alejan de cola, por causas ambientales diversas. Pasan a ser continuas y discontinuas a la vez, y evolucionan en alfanuméricas cuando un encargado pasa a la repartición de los tickets, que son los cupos prefijados de comensales en la jornada. Es en ese momento cuando la cola forma una especia de propiedad de extensión, y la cola, menos que mantenerse, se expande curiosamente.
Acá no terminan las colas. Todo cuanto nos rodea pertenece a una idea de orden enfermiza y malintencionada. Hospitales, consultorios odontológicos, farmacias, escuelas, carnicerías, supermercados, heladeros, cementerios, cybercafés, milicia y hasta las prisiones están salpicados de las aguas amargas de las colas. Tal vez se trate de una manifestación divina (de muy mal chiste, claro) para encontrar algún mensaje oculta en las espaldas de los que llegaron antes de nosotros, o tal vez es una conspiración de todos los gobiernos del mundo por enumerarnos, y sí estamos ordenados uno detrás del otro es mucho más fácil. La verdad, he intentado esclarecer el orígen de este flagelo que nos asota muchísimo antes de que la maestra dijera "hagan la formación".
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