jueves, 5 de julio de 2012

La polilla












Curioso, acabo de ver una polilla atrapada por el vidrio de una de las ventana de este autobús, y sentí pena por ella. Me condolí de su encierro, de sus torpes intentos de escapar de su cotidianidad, de su mala estrella por hallarse cautiva (sin saberlo) en un medio que la conducía caprichosamente por donde le daba la gana. Después me di cuenta que la polilla, mientras ésta escapaba, se debía condoler de mí, en mi mundo los vidrios suelen ser irrompibles y verdaderamente insorteables.


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