Justo ahora me dedico a plasmar el pasado
sobre las hojas imaginarias del recuerdo
mis manos hurgan mi templo de varón
y en su carne hayan concilio
allí abajo, en el palacio de piel suave
consiguen el pincel perfecto
una pluma que sangre tiene
un pincel que vibra y caliente
que fuego y pasión mueve
y lo tomo fuerte y seguro,
está duro,
con el escribo las palabras que repetí esa tarde
con él repito las letras que suspiré en tu oído
con él redacto miles de historia que acaban en tu boca,
con su punta dibujo invisibles surcos acá en la oscuridad,
arriba y abajo,
mis dedos acarician este obrador de mis frases lascivas,
y en tu piel concibe el recurso perpetuo
de cada letra apasionada
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